Según el diccionario solidaridad significa asociación, cooperación y responsabilidad con las otras personas.
La solidaridad está muy unida a nuestra vida en sociedad.
Es así que solo cuando existen otras y otros, podemos llegar a ser solidarios, al ayudarlos en sus necesidades, sin indiferentes.
La solidaridad: se refiere a reconocer en el otro a una persona con necesidades, qué requiere de nuestra ayuda para salir adelante, implica una preocupación por el otro y también un compromiso por prestarle el apoyo que requiere.
Es la capacidad de ser sensibles ante las necesidades ajenas y contribuir con un esfuerzo sincero a ayudarla.
Es entonces actuar desinteresadamente a favor de otras personas.
viernes, 29 de mayo de 2009
Tolerancia
En la convivencia diaria con nuestros padres, hermanos, amigos o vecinos,
Encontramos momentos o situaciones que resultan desagradables y que terminan por molestarnos.
Es allí donde tenemos que ser tolerantes para que las relaciones, con esas otras personas no se afecten.
Para poder convivir en armonía es necesario ser tolerantes lo cual significa respetar las ideas de los otros así este equivocado, debemos estar dispuestos a dialogar con ellos y llegar a un acuerdo.
Encontramos momentos o situaciones que resultan desagradables y que terminan por molestarnos.
Es allí donde tenemos que ser tolerantes para que las relaciones, con esas otras personas no se afecten.
Para poder convivir en armonía es necesario ser tolerantes lo cual significa respetar las ideas de los otros así este equivocado, debemos estar dispuestos a dialogar con ellos y llegar a un acuerdo.
Entre los aspectos que debemos tener encuenta en el valor de la tolerancia de forma tal que haya una armonía en las relaciones con los otros, es:
- Acercarnos a nuestras amiguitas y amiguitos, a nuestras hermanas y hermanos a nuestros padres y profesores con la mayor disposición de servir.
- Amar y respetar a los demás por lo que son y lo que hacen para así crear relaciones estables y duraderas.
- Valorar las diferencias que existen con los demás; esto nos enriquece
- Procurar en dar siempre opiniones agradables sobre los demás
- Ser positivos en todo lo que hagamos
- Ser sinceros en lo que decimos
- Entender que todos tenemos vida privada
- Ser prudentes y discretos con la vida y las cosas con las otras personas
Responsabilidad
la responsabilidad como valor, es entendida como la capacidad de dar respuesta a todo lo que se le haya encomendado a una persona.
Una persona responsable, siempre se esfuerza por hacerlo todo lo que se le encomienda con alegria,inclusive,asi no se le asigne, lo que la hara sentir satisfaccion consigo mismo, y no como si fuera una presion o una obligacion.
La responsabilidad es un valor que vamos adquiriendo y fortaleciendo con el tiempo a partir de las esperiencias que vamos viviendo.
Una persona responsable, siempre se esfuerza por hacerlo todo lo que se le encomienda con alegria,inclusive,asi no se le asigne, lo que la hara sentir satisfaccion consigo mismo, y no como si fuera una presion o una obligacion.
La responsabilidad es un valor que vamos adquiriendo y fortaleciendo con el tiempo a partir de las esperiencias que vamos viviendo.
miércoles, 27 de mayo de 2009
El perdon
El grado de desilusión, depende del tipo de relación que tengamos con alguien pero en muchas ocasiones esto no importa, pues de todas maneras, lo que nos hacen, nos hieren., hay momentos en los cuales el único camino que debemos tomar es el de perdonar.
Perdonar, enaltece a quien lo otorga, pues es una persona con capacidad de comprender las limitaciones de las otras personas.
Perdonar, enaltece a quien lo otorga, pues es una persona con capacidad de comprender las limitaciones de las otras personas.
Aceptando que no somos perfectos es como restauramos el equilibrio de las relaciones humanas, lo cual me permite entender y perdonar al otro.
Es necesario que perdonemos y olvidemos los agravios que nos causaron, cómo la ira, el dolor, la tristeza, para que esa ofensa, no nos impida el seguir una vida normal, y poder así, compartir valorar otros aspectos o valores de esa persona que nos ofendió.
la persona que no perdona es la que más sufre, pues esta todo el tiempo con rabia, tristeza y odio recordando la ofensa.
Una buena manera de olvidar y perdonar es aceptar que la otra persona es tan humana como nosotros y también al igual que nosotros comete errores.
El respeto
El respeto es un valor fundamental en la convivencia de las personas; es una especie de limite que permite ser y actuar sin interferir negativamente en el otro o en lo que me rodea aprender este valor, se puede hacer de muchas maneras, pero tal vez la más práctica, es la del ejemplo, ya que cuando alguien nos respeta, sentimos que también le debemos respeto.
El respeto es uno de los principales valores y finalmente en el proceso de formación de un niño y básico en su educación escolar, el respeto a sus profesores, compañeros y sobre todo, es el respeto así mismo debe promoverse el respeto en la casa, con sus hermanos y vecinos.
Podría decirse que en el niño, este es uno de los valores que más tarda en esclarecerse que muchas veces solo logran consolidarse a medida que se ve enfrentado aúna serie de dificultades, en el reconocimiento de los límites del otro.
El respeto es uno de los principales valores y finalmente en el proceso de formación de un niño y básico en su educación escolar, el respeto a sus profesores, compañeros y sobre todo, es el respeto así mismo debe promoverse el respeto en la casa, con sus hermanos y vecinos.
Podría decirse que en el niño, este es uno de los valores que más tarda en esclarecerse que muchas veces solo logran consolidarse a medida que se ve enfrentado aúna serie de dificultades, en el reconocimiento de los límites del otro.
Amor
El amor es un sentimiento surgido de la relación con otros, y que genera en las personas, emociones, alegrías, confianza y armonía, lo que lo ubica en la categoría de valor, ya que infunde además energía, dándole sentido a nuestras vidas.
El amor es un valor necesario en todos los ámbitos y acciones que realiza el ser humano, ya que motiva a las personas, a hacer las cosas lo mejor posible.
Es así como el amor, no solo aquel sentimiento que se siente por la pareja, lo que no descarta todas las posibilidades de amor hacia otras personas, como el padre la madre, las y los hermanos, las y los amiguitos etc.
EL AMOR EN TODAS SUS EXPRESIONES, ES EL QUE SE PRETENDE PROMOVER ENTRE LAS Y LOS PARTICIPANTES, GENERANDO UNA CONDUCTA RESPONSABLE HACIA EL OTRO.
El amor es un valor necesario en todos los ámbitos y acciones que realiza el ser humano, ya que motiva a las personas, a hacer las cosas lo mejor posible.
Es así como el amor, no solo aquel sentimiento que se siente por la pareja, lo que no descarta todas las posibilidades de amor hacia otras personas, como el padre la madre, las y los hermanos, las y los amiguitos etc.
EL AMOR EN TODAS SUS EXPRESIONES, ES EL QUE SE PRETENDE PROMOVER ENTRE LAS Y LOS PARTICIPANTES, GENERANDO UNA CONDUCTA RESPONSABLE HACIA EL OTRO.
Valores
lunes, 11 de mayo de 2009
Los Aztecas
Según su propia mitología, los aztecas provenían de la mítica isla de Aztlán.
Se trataba de un pueblo guerrero y belicoso, que subsistía gracias a la caza y la recolección de plantas silvestres.
No practicaban la agricultura y vivían en cuevas naturales.
Sin embargo, a partir del siglo XV, los aztecas lograron alzarse como la civilización más evolucionada de su época.
Riqueza, lujo, refinamiento y rápido florecimiento de las artes acompañaron a la cultura azteca hasta su desaparición como imperio.
Ellos mismos se consideraban descendientes de los toltecas, otra de las grandes civilizaciones mesoamericanas (las que se desarrollaron en el territorio que actualmente ocupan México y casi toda Centroamérica).
Incluso el primer emperador de Tenochtitlan provenía de Culhuacán, una de las más importantes ciudades toltecas.
De ellos heredaron gran parte de su arte.
La capital del imperio, Tenochtitlan, ocupaba una superficie de 1.200 hectáreas, dividida en cuatro distritos.
El centro estaba ocupado por una gran plaza central, con los palacios imperiales y los templos.
Alrededor se encontraban los santuarios y los distintos barrios.
Existían también numerosos canales, cruzados por puentes, que permitían recorrer toda la ciudad.
El Teocalli o Templo Mayor se levantaban en el centro de la ciudad.
Las obras las inició Moctezuma, quien dedicó la construcción a los dioses Tláloc y Huitzilopochtli.
Después de él, todos los gobernantes se esforzaron por ampliar y embellecer el gran templo.
Alrededor del Teocalli se encontraban los templos de Tezcatlipoca y el de la diosa Cihuacóatl.
Tenían forma de pirámide,estaban decorados con motivos de origen tolteca, como serpientes, plumas, estandartes.
Este recinto sagrado se completaba con una serie de construcciones: el tzompantli, un altar donde se colocaban los cráneos de los prisioneros sacrificados; el cuauhxicalli, un recipiente para depositar los corazones de los sacrificios, y el tlachtli o juego de la pelota.
Se construyeron, además, numerosas dependencias para los sacerdotes, almacenes, centros de enseñanza, escuelas de música.
La escultura de los aztecas es más original, menos rígida que la de sus predecesores, los toltecas.
Se conserva una estatua de la diosa Coatlicue, realizada en una enorme piedra.
En lugar de rostro, la diosa tiene dos serpientes, con grandes colmillos y lengua bífida.
Sobre el pecho luce un collar de manos y corazones humanos, y su vestido está formado por serpientes.
Coatlicue es la gran diosa de la Tierra, la que da y quita la vida.
Otra de las joyas de la escultura azteca es el gran calendario o Piedra del Sol
Regía las actividades del pueblo azteca y de otras muchas culturas mesoamericanas.
En el centro se encuentra la cara del dios del Sol (Tonatiuh), y a su alrededor hay labrados una serie de símbolos y representaciones que resumen el conocimiento que los aztecas tenían del Universo.
Según antiguos mitos y tradiciones, el movimiento del Sol solo podía mantenerse mediante sacrificios humanos: de ahí su importancia para los aztecas.
Además de escultura religiosa, los aztecas también hicieron figuras que representaban otros temas, como la cabeza del Caballero Águila o los macehualli, que eran retratos de gente común.
Los aztecas concedieron gran importancia a la jardinería; también tallaban piedras, como el jade o el cristal de roca, para la realización de joyas y adornos personales.
Era también importante el trabajo con plumas.
A ello se dedicaban los amanteca, especialistas en este arte, que usaban dos técnicas distintas para la confección de estos mosaicos de plumas.
Penachos, coronas, abanicos, todo ello era creado por estos artesanos.
Otra manifestación artística importante fue la de los códices, que eran libros pintados a mano que reflejaban distintos aspectos de su sociedad, como la historia, la ciencia, la geografía o la religión.
Los realizaban los pintores escribas, y para ello utilizaban una especie de papel hecho con plantas o con pieles de animales.
Se trataba de un pueblo guerrero y belicoso, que subsistía gracias a la caza y la recolección de plantas silvestres.
No practicaban la agricultura y vivían en cuevas naturales.
Sin embargo, a partir del siglo XV, los aztecas lograron alzarse como la civilización más evolucionada de su época.
Riqueza, lujo, refinamiento y rápido florecimiento de las artes acompañaron a la cultura azteca hasta su desaparición como imperio.
Ellos mismos se consideraban descendientes de los toltecas, otra de las grandes civilizaciones mesoamericanas (las que se desarrollaron en el territorio que actualmente ocupan México y casi toda Centroamérica).
Incluso el primer emperador de Tenochtitlan provenía de Culhuacán, una de las más importantes ciudades toltecas.
De ellos heredaron gran parte de su arte.
La capital del imperio, Tenochtitlan, ocupaba una superficie de 1.200 hectáreas, dividida en cuatro distritos.
El centro estaba ocupado por una gran plaza central, con los palacios imperiales y los templos.
Alrededor se encontraban los santuarios y los distintos barrios.
Existían también numerosos canales, cruzados por puentes, que permitían recorrer toda la ciudad.
El Teocalli o Templo Mayor se levantaban en el centro de la ciudad.
Las obras las inició Moctezuma, quien dedicó la construcción a los dioses Tláloc y Huitzilopochtli.
Después de él, todos los gobernantes se esforzaron por ampliar y embellecer el gran templo.
Alrededor del Teocalli se encontraban los templos de Tezcatlipoca y el de la diosa Cihuacóatl.
Tenían forma de pirámide,estaban decorados con motivos de origen tolteca, como serpientes, plumas, estandartes.
Este recinto sagrado se completaba con una serie de construcciones: el tzompantli, un altar donde se colocaban los cráneos de los prisioneros sacrificados; el cuauhxicalli, un recipiente para depositar los corazones de los sacrificios, y el tlachtli o juego de la pelota.
Se construyeron, además, numerosas dependencias para los sacerdotes, almacenes, centros de enseñanza, escuelas de música.
La escultura de los aztecas es más original, menos rígida que la de sus predecesores, los toltecas.
Se conserva una estatua de la diosa Coatlicue, realizada en una enorme piedra.
En lugar de rostro, la diosa tiene dos serpientes, con grandes colmillos y lengua bífida.
Sobre el pecho luce un collar de manos y corazones humanos, y su vestido está formado por serpientes.
Coatlicue es la gran diosa de la Tierra, la que da y quita la vida.
Otra de las joyas de la escultura azteca es el gran calendario o Piedra del Sol
Regía las actividades del pueblo azteca y de otras muchas culturas mesoamericanas.
En el centro se encuentra la cara del dios del Sol (Tonatiuh), y a su alrededor hay labrados una serie de símbolos y representaciones que resumen el conocimiento que los aztecas tenían del Universo.
Según antiguos mitos y tradiciones, el movimiento del Sol solo podía mantenerse mediante sacrificios humanos: de ahí su importancia para los aztecas.
Además de escultura religiosa, los aztecas también hicieron figuras que representaban otros temas, como la cabeza del Caballero Águila o los macehualli, que eran retratos de gente común.
Los aztecas concedieron gran importancia a la jardinería; también tallaban piedras, como el jade o el cristal de roca, para la realización de joyas y adornos personales.
Era también importante el trabajo con plumas.
A ello se dedicaban los amanteca, especialistas en este arte, que usaban dos técnicas distintas para la confección de estos mosaicos de plumas.
Penachos, coronas, abanicos, todo ello era creado por estos artesanos.
Otra manifestación artística importante fue la de los códices, que eran libros pintados a mano que reflejaban distintos aspectos de su sociedad, como la historia, la ciencia, la geografía o la religión.
Los realizaban los pintores escribas, y para ello utilizaban una especie de papel hecho con plantas o con pieles de animales.
Los Zapotecas
Su época de máximo esplendor se sitúa entre los años 100 y 800 de nuestra era.
Sabemos por los restos arqueológicos que, en sus orígenes, tuvo una fuerte influencia de otra gran cultura, la olmeca.
La capital de la cultura zapoteca durante sus años de esplendor fue la ciudad de Monte Albán, situada a pocos kilómetros de la ciudad mexicana de Oaxaca.
Monte Albán era un gran centro urbano, con barrios residenciales, edificios públicos y tierras de cultivo regadas por un complejo sistema de canales que recogía el agua de la lluvia.
El recinto ceremonial, donde tenían lugar los rituales religiosos, estaba situado en lo alto de las montañas, a 400 metros sobre el nivel del mar.
A diferencia de otras culturas mesoamericanas, los zapotecas no eran una civilización militarizada.
Monte Albán no tenía murallas, ni edificios militares; tampoco se han encontrado restos de armas, ni representaciones bélicas.
En el recinto ceremonial se conservan una serie de tumbas que constituyen verdaderas salas subterráneas.
La pintura tuvo mucha importancia para la cultura zapoteca, aunque se utilizó principalmente para rendir homenaje a los muertos.
En la tumba número 115 se han encontrado pinturas murales que representan a las 9 divinidades de las tinieblas y la muerte de la mitología zapoteca.
Los personajes visten trajes ricamente bordados, en vivos colores: amarillo, rojo, negro y gris.
También podemos conocer la escultura zapoteca a partir de los restos de Monte Albán.
Un ejemplo es la serie de relieves conocida como ‘los danzantes’.
Se trata de una procesión de figuras de personajes mutilados o muertos que participan en una danza macabra, probablemente relacionada con sus creencias religiosas.
La mayor parte de la cerámica zapoteca ha sido hallada en las tumbas.
Se trata, sobre todo, de urnas funerarias, al parecer, de carácter simbólico, puesto que los cadáveres eran enterrados y no incinerados.
Tienen forma cilíndrica, están hechas de barro y, normalmente, representan seres humanos o animales.
La ciudad de mitla
A partir del siglo XI, los zapotecas se retiran de Monte Albán ante el avance del pueblo mixteca y construyen Zaachila, la nueva capital, y la ciudad sagrada de Mitla, cuyo nombre significa ‘morada de los muertos’.
En este lugar sagrado, donde los zapotecas enterraban a sus reyes y nobles, se encuentran importantes restos de su cultura y de su arte.
De esta antigua ciudad solo se conservan cinco grandes conjuntos de edificios; los más importantes son el grupo de las Columnas y el de la Iglesia.
Pero lo más espectacular del lugar son sus muros, finamente decorados con motivos geométricos y figuras de animales.
Los Toltecas
Los toltecas eran un pueblo nómada que vivió en el valle de México hace más de diez siglos.
En lengua náhuatl, su nombre significa ‘maestros constructores’, y hace referencia a su habilidad para aprender el arte de otras culturas.
Hacia el siglo VIII, los toltecas emigraron desde el norte del actual México y, doscientos años más tarde, fundaron la ciudad de Tula, una de las más importantes de la antigua Mesoamérica
Según la mitología tolteca, Quetzalcóatl vivió en Tula.
A este legendario monarca, que había adoptado el nombre de un dios, se le atribuye la revisión del calendario y la introducción de la metalurgia (el trabajo de los metales), sobre todo con oro, plata y cobre.
Por todo esto, el término tolteca se usa para definir a una persona refinada y culta.
El templo de la Estrella Matutina es la obra arquitectónica más importante que nos ha legado la cultura tolteca.
Se compone de tres construcciones fundamentales: el coatepantli, o ‘muro de las serpientes’; el tzompantli, ‘altar de cráneos’, y las colosales figuras de los atlantes.
El coatepantli o ‘muro de las serpientes’ es una construcción que rodeaba parte de la pirámide central.
Está rematada en su parte más alta por unos motivos decorativos en forma de G, que nos recuerdan la forma de una caracola marina cortada por la mitad, símbolo de Quetzalcóatl.
En este muro se encuentra, además, un relieve que representa una serie de serpientes persiguiendo y devorando esqueletos humanos.
A pesar del refinamiento cultural del que antes hablamos, la cultura tolteca tenía un marcado gusto por lo macabro, por lo relacionado con la muerte.
Los toltecas realizaban sacrificios humanos rituales, y los cráneos de los sacrificados se guardaban en un depósito especial, llamado tzompantli.
Toda la decoración exterior de ese depósito representa calaveras y esqueletos humanos, siempre con ese marcado carácter macabro.
Dentro del gran templo de la Estrella Matutina se encuentra también el más importante ejemplo de escultura tolteca.
Se trata de unas figuras de 4,6 metros de alto, los atlantes, que sujetaban el techo de una gran sala.
Esas figuras representaban al dios Quetzalcóatl, que, según la mitología tolteca, era el guerrero que precedía al Sol y que ahuyentaba a las estrellas para que estas dieran paso al día.
Estos guerreros llevan en el pecho la figura de una mariposa estilizada, que simboliza, siempre según la mitología tolteca, el alma de los guerreros muertos.
En la cabeza portan un tocado que imita plumas y piedras preciosas.
Los olmecas
El número de esculturas que representan un jaguar es tan numeroso en el arte olmeca que hay quien ha llamado a este pueblo ‘los hijos del jaguar’. Incluso muchos retratos humanos presentan los rasgos fieros de este hermoso felino.
El pueblo olmeca se desarrolló al sur del golfo de México, en las pantanosas selvas de los actuales estados de Veracruz y Tabasco, desde el año 1500 a.C. hasta el 100 a.C.
Era una tierra rica en cacao y piedras preciosas, sobre todo jade y turquesa.
Los olmecas crearon importantes centros urbanos, usaron un sistema de escritura jeroglífica y vivían en una zona con poca piedra, usaron este material para tallar sus impresionantes esculturas.
Actualmente conocemos tres importantes centros arqueológicos olmecas:
Tres Zapotes, en el estado de Veracruz, cerca de la ciudad de Acayucan.
Cerro de las Mesas, un gran centro ceremonial en la llanura costera de Veracruz; y La Venta, en el estado de Tabasco.
Cuando fue descubierta, La Venta se encontraba prácticamente oculta por la selva.
Es allí donde se localizan los restos arqueológicos más importantes de la cultura olmeca.
Se trata de un conjunto de edificios, construidos a lo largo de un eje orientado norte-sur.
En uno de sus extremos hay una gran pirámide de arcilla, de más de 30 metros de altura; en el otro se eleva una pirámide escalonada, la primera de Mesoamérica, y, frente a ella, una gran plataforma hecha con adobes (ladrillos de barro).
La Venta era un importante centro ceremonial, con grandes aras o altares esculpidos en piedra.
Allí se encontraron tres estelas (monumentos conmemorativos) decoradas con bajorrelieves y cuatro enormes cabezas colosales.
Se han hallado también una serie de estatuillas de jade.
Todas ellas presentan unos rasgos comunes: nariz muy achatada, ojos almendrados, labios carnosos y una hendidura en la cabeza cuyo significado es un misterio, como tantas otras cosas de esta antiquísima cultura.
Lo más conocido del arte olmeca son las famosas cabezas colosales de piedra.
Todas están esculpidas en basalto, un tipo de roca, y se alzan sobre una gran base de piedra.
Cada una pesa varias toneladas y mide entre 2,5 y 3 metros.
Algunas son tan grandes que pesan más de 65 toneladas
Todas presentan rasgos humanos, con la nariz achatada y un casco que les cubre la cabeza y llega hasta las mejillas.
parece ser una representación simbólica de los jefes políticos olmecas, o de sus guerreros muertos.
El pueblo olmeca se desarrolló al sur del golfo de México, en las pantanosas selvas de los actuales estados de Veracruz y Tabasco, desde el año 1500 a.C. hasta el 100 a.C.
Era una tierra rica en cacao y piedras preciosas, sobre todo jade y turquesa.
Los olmecas crearon importantes centros urbanos, usaron un sistema de escritura jeroglífica y vivían en una zona con poca piedra, usaron este material para tallar sus impresionantes esculturas.
Actualmente conocemos tres importantes centros arqueológicos olmecas:
Tres Zapotes, en el estado de Veracruz, cerca de la ciudad de Acayucan.
Cerro de las Mesas, un gran centro ceremonial en la llanura costera de Veracruz; y La Venta, en el estado de Tabasco.
Cuando fue descubierta, La Venta se encontraba prácticamente oculta por la selva.
Es allí donde se localizan los restos arqueológicos más importantes de la cultura olmeca.
Se trata de un conjunto de edificios, construidos a lo largo de un eje orientado norte-sur.
En uno de sus extremos hay una gran pirámide de arcilla, de más de 30 metros de altura; en el otro se eleva una pirámide escalonada, la primera de Mesoamérica, y, frente a ella, una gran plataforma hecha con adobes (ladrillos de barro).
La Venta era un importante centro ceremonial, con grandes aras o altares esculpidos en piedra.
Allí se encontraron tres estelas (monumentos conmemorativos) decoradas con bajorrelieves y cuatro enormes cabezas colosales.
Se han hallado también una serie de estatuillas de jade.
Todas ellas presentan unos rasgos comunes: nariz muy achatada, ojos almendrados, labios carnosos y una hendidura en la cabeza cuyo significado es un misterio, como tantas otras cosas de esta antiquísima cultura.
Lo más conocido del arte olmeca son las famosas cabezas colosales de piedra.
Todas están esculpidas en basalto, un tipo de roca, y se alzan sobre una gran base de piedra.
Cada una pesa varias toneladas y mide entre 2,5 y 3 metros.
Algunas son tan grandes que pesan más de 65 toneladas
Todas presentan rasgos humanos, con la nariz achatada y un casco que les cubre la cabeza y llega hasta las mejillas.
parece ser una representación simbólica de los jefes políticos olmecas, o de sus guerreros muertos.
Los Mayas
En el siglo I a.C., los mayas crearon un calendario tan exacto que aún sigue asombrando a matemáticos y astrónomos.
Era mucho más perfecto que el que se usaba en Europa en esos momentos.
Los mayas no son un solo pueblo, son un conjunto de pueblos indígenas unidos por una sola familia lingüística.
En la antigüedad, habitaban la península del Yucatán y algunas zonas de lo que hoy es Guatemala, Honduras, El Salvador y Belice.
>Los restos arqueológicos muestran una gran riqueza y variedad artística.
Las tres ciudades más importantes del área central eran Copán, Tikal y Palenque.
Copán era un importantísimo centro astronómico, sede de los congresos de los sacerdotes, astrónomos.
Se conservan algunos monumentos con relieves donde están representados estos personajes.
Destacan en esta ciudad algunos templos y también el juego de pelota.
Estas construcciones tenían un gran patio en forma de T doble; allí se realizaban combates que simbolizaban la lucha entre la luz y las tinieblas.
La ciudad de Tikal conserva restos arqueológicos que datan incluso del año 300 a.C.
Algunas de las pirámides alcanzan medidas sorprendentes, como la pirámide de la Serpiente Bicéfala o templo IV, con 70 metros de altura.
Cerca de Tabasco encontramos las imponentes ruinas de la ciudad de Palenque.
El Palacio, con su gran torre observatorio, junto con los templos de la Cruz, del Sol, de la Cruz Foliada y de las Inscripciones, son las construcciones más notables.
El templo de las Inscripciones alberga en su interior la tumba del rey Pacal el Grande, cuidadosamente sellada y oculta bajo toneladas de escombros.
El edificio está situado sobre una pirámide con nueve terrazas y 16 metros de altura, y está decorado con más de veinte paneles esculpidos en su interior.
Las ciudades de Uxmal y Chichén Itzá fueron las más importantes de esta área.
Uxmal conserva importantes edificios, como la casa del Enano, la pirámide del Adivino, el cuadrángulo de las Monjas y el palacio de Gobernador, que, con sus casi 100 metros de largo, es uno de los edificios más importantes de la civilización maya.
En Chichén Itzá los edificios se levantan sobre inmensas explanadas.
Allí encontramos observatorios astronómicos, como el Caracol, llamado así por la escalera en espiral que tiene en su interior.
Se destaca también el templo de los Guerreros, el Castillo, un enorme templo situado sobre una pirámide de nueve escalones, la casa de las Monjas y el grupo de las Mil Columnas.
Todos estos edificios están decorados con relieves que representan figuras de serpientes y guerreros.
La época de mayor esplendor de la cerámica maya se sitúa entre los años 600 y 900 de nuestra era.
Para los rituales religiosos se realizaba una cerámica especial, hecha con alabastro y decorada con dibujos grabados sobre el propio material.
También se han encontrado toda una serie de estatuillas modeladas con barro que representan sacerdotes, jefes políticos, guerreros, mercaderes, actores y músicos, todos ellos ricamente vestidos y adornados con joyas.
La pintura fue también un gran arte en la civilización maya.
Se destacan, por encima de todo, los frescos de Bonampak, donde se representa la vida cotidiana de los antiguos mayas.
Allí aparecen numerosos personajes, acompañados de figuras danzantes y músicos que golpean grandes tambores.
Toda una serie de animales, algunos acuáticos, junto con otras escenas decorativas, completan este gran friso.
Estas pinturas murales mayas, realizadas sobre las paredes y las bóvedas de un pequeño edificio, destacan por el uso de colores vivos, en especial el rojo y el azul.
Las escenas describen la historia y las costumbres de los gobernantes del lugar, por ello tienen una gran importancia para conocer cómo vivían los mayas hace trece siglos.
La ciudad de Bonampak se levantaba en medio de la selva, en el estado mexicano de Chiapas.
La zona central de la antigua ciudad maya de Palenque está ocupada por
El Palacio, un conjunto de aposentos, patios y galerías, sobre las que destaca la famosa torre de tres pisos unidos por una escalera interior.
En otras partes de la ciudad se alzan pirámides coronadas por pequeños templos.
En el templo de las Inscripciones se mantienen las lápidas cubiertas de jeroglíficos, una de las inscripciones mayas de mayor extensión.
Situada en la actual Honduras, en el pasado esta ciudad fue un importante centro astronómico maya.
El altar que ves en la imagen fue hallado entre las ruinas de la ciudad de Copán, y hace referencia a los congresos de astrónomos que allí se celebraban.
Códice Tro-Cortesiano
Es rollo de más de 7 metros de largo se incluyen fórmulas adivinatorias para predecir el futuro.
Además de los dibujos, destacan sus numerosos jeroglíficos de carácter religioso mágico.
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