Ludwig van Beethoven
Es hijo y nieto de músicos.
Su abuelo paterno, también llamado Ludwig, emigró del país flamenco al ser su propio padre perseguido por deudas a temprana edad. El "van" de su nombre no señala nobleza, pues es meramente indicativo del origen geográfico de la familia, supuestamente un pequeño pueblo llamado Betuwe.
El abuelo fue director de la orquesta (Kapellmeister) de Bonn, puesto que heredó el padre.
Éste, Johann van Beethoven, nacido en 1740, fue también tenor en la Bonner Hofkapelle.
Johann se casó con Renata Maria Magdalena Keverich (1746), viuda a los 18años (se había casado a los 16 y tuvo un hijo que murió tempranamente).
El 12 de noviembre de 1767 se casa con Johann van Beethoven.
El 2 de abril de 1769 nace el primer hijo, Ludwig María von Beethoven, que moriría seis días después.
El 17 de diciembre del año siguiente es bautizado un nuevo hijo de la pareja, el futuro compositor, con el nombre de "Ludwig van Beethoven".
María Magdalena tendrá aún cinco hijos más, de los que sólo sobrevivirán dos: Kaspar Anton Karl van Beethoven, bautizado el 8 de abril de 1774, y Nikolaus Johann van Beethoven, bautizado el 2 de octubre de 1776.
Los biógrafos no tienen claras las fechas de nacimiento exactas de ninguno de los hijos de María Magdalena Keverich.
Primeros años de vida (1770-1787) [editar]El padre de Beethoven, muy impresionado por Wolfgang Amadeus Mozart, quien a los siete años daba conciertos, quería que su hijo siguiera sus pasos.
Con la intención de hacer de Ludwig un nuevo niño prodigio, comienza a enseñarle piano, órgano y clarinete a temprana edad.
El estudio, sin embargo, coartó el desarrollo afectivo del joven, que apenas se relacionaba con otros niños. En mitad de la noche, Ludwig era sacado de la cama para que tocara piano a los conocidos de Johann, a quienes quería impresionar; esto causaba que estuviera cansado en la escuela, y a los once años! ya era usual que dejara de asistir a clases y se quedara en casa para practicar música.
Éstos no eran los únicos problemas. El padre era alcohólico, lo que ocasionaría que perdiera el puesto de director de la orquesta de Bonn puesto heredado del abuelo Ludwig, y la madre estaba frecuentemente enferma.
Aunque la relación con Johann fuera más bien distante, Ludwig amaba mucho a su madre. Cuando, posiblemente a la edad de cinco años, enfermó de una infección al oído medio, los padres no lo notaron; es posible que nunca curara del todo y la falta de tratamiento ocasionara su posterior sordera .
El primer viaje a Viena (1787-1792) [editar]Beethoven encuentra una vía de escape de la presión familiar en 1787 cuando, con 17 años, marcha a la capital austriaca apoyado por su mecenas, el conde Waldstein, quien sufraga los gastos que demanda el viaje y, lo más importante, le convence de sus posibilidades de éxito.
Parece que durante este viaje a Viena, la capital europea de la Música, tuvo lugar un fugaz encuentro con Mozart, sobre el que mucho se ha dicho: al parecer, Mozart no se impresionó al comienzo, pero cuando Beethoven empezó a tocar piano, se acercó sigilosamente a la gente que esperaba y dijo
"Recuerden su nombre, ¡este joven hará hablar al mundo!".
Sus ilusiones sufren un duro golpe cuando a las pocas semanas fallece su madre. Entonces se ve obligado a regresar a Bonn.
En esta ciudad Beethoven encuentra un cuadro desolador: su padre ha sido detenido por su alcoholismo y es incapaz de cuidar a sus hermanos menores.
El joven Ludwig asume la responsabilidad y se ve obligado a mantener a sus hermanos y a sí mismo tocando el violín con una orquesta y dando clases de piano durante cinco años, mientras que su padre seguía preso.
Ya en esta época le embargan altos ideales.
Escribe, en una hoja de album de 1792:
"Wohltuhen, wo man kann, (hacer el bien, donde se pueda)
Freiheit über alles lieben (amar la libertad sobre todas las cosas)
die Wahrheit nie, auch sogar am (la verdad nunca, ni siquiera)
Throne,verleugnen" (por un trono, traicionar)
De aprendiz a maestro (1792-1802)
En 1792 el elector de Bonn vuelve a financiar un viaje a Viena, ciudad en la que permanecerá el resto de su vida componiendo, tratando de alcanzar un reconocimiento social a su persona por medio del arte y sufriendo un mal particularmente terrible para él: la sordera. Eran años en que las potencias monárquicas europeas se habían aliado para derrotar a la joven Francia revolucionaria.
En una deslumbrante campaña en el norte de Italia, en la que el ejército austríaco es vencido, adquiere notoriedad Napoleón Bonaparte, que se va convirtiendo en un ídolo entre los sectores progresistas.
En Viena recibe clases del célebre compositor Haydn (autor de 104 sinfonías) y de Salieri, operista italiano.
Durante este período tuvo varios duelos musicales con otros pianistas. El primero fue en 1792 durante un viaje con la orquesta de la corte, en éste tocó con Franz Sterkel, ejecutando obras de dicho compositor.
En 1800, ocurre el famoso duelo (en el palacio de Lobkowitz) en el que Daniel Steibelt lo retó a que tocasen juntos. En dicha ocasión Beethoven tomó partituras de una obra de éste modificándolas (al mismo tiempo que las iba tocando) con tanta gracia, que Steibelt declaró que no volvería a Viena mientras Beethoven viviera allí y abandonó la ciudad, radicándose en Paris.
Con 25 años da a conocer sus primeras obras importantes: tres tríos para piano (Opus 1) y tres sonatas para piano (Opus 2), de 1796; además ofrece su primer concierto público como compositor profesional.
Viena acoge su música, en especial la corte, la nobleza y la iglesia. Por esa época se desliga de Haydn, con el que no concuerda musicalmente pero a quien, a pesar de esto, dedica los tres tríos.
Secuencialmente recibe clases secretas de Schenk y del organista de la corte Albrechtsberger; deja de escribir para la nobleza y para la iglesia y se establece como compositor independiente.
Su música inicial, fresca y ligera, cambia para convertirse en épica y turbulenta, muy acorde con los tiempos revolucionarios que vivía Europa. De esta época son las sonatas op. 13, “Patética”, de 1799, y la op. 27 Nº 2, “Claro de Luna”, de 1801.
Escribe, en 1819, en una carta al municipio de Viena: "Quiero demostrar que todo el que obra bondadosa y noblemente puede, por lo mismo, sobrellevar el infortunio"
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