domingo, 25 de noviembre de 2012

Guerra en Afganistan

La historia de Afganistán, ha estado marcada por un sinfín de luchas, siendo el factor principal su especial posición geopolítica, la cual ha generando nuevas amenazas que se han proyectado incluso fuera de la región, transformando el panorama de la seguridad mundial.

Factor Geográfico:
Afganistán está dominado por una elevada y extensa cadena montañosa, el Hindu Kush, que discurre de noreste a suroeste generando amplios valles que sirven, de vías de comunicación.

Factor étnico:
Afganistán, con 27 millones de habitantes, es un puzle de etnias y tribus. En total hay unos 25 grupos étnicos distintos, de los cuales cuatro tienen relevancia: Pastunes, Tayicos, Uzbecos y Hazaras.

Intereses geopolíticos
El principal interés que impulsaba a los rusos a extenderse hacia Afganistán era su búsqueda de un corredor terrestre hacia el Océano Indico, para disponer de un puerto abierto de forma permanente a los océanos.

Afganistán fue ganando importancia geopolítica como lugar de paso de los recursos energéticos de Asia Central y el mar Caspio, convirtiéndose esto en otro motivo de disputa, por el paso de oleoductos y gaseoductos hasta Pakistán y el océano Indico.
Factor histórico
Afganistán, se ha caracterizado por constantes luchas entre sus diversas tribus.

En el primer reordenamiento geopolítico que sucedió a la Primera Guerra Mundial, el país alcanzó su independencia. 
Luego tras la Segunda Guerra Mundial, en la que Afganistán permaneció neutral, Gran Bretaña se vio obligada a conceder la independencia a la India dividiéndola en dos Estados independientes: India y Pakistán.

1ª fase: del golpe de estado hasta la invasión soviética.
Una vez iniciada la rebelión, las masacres y atrocidades se hicieron comunes tanto por parte del gobierno como de los rebeldes, generando una guerra civil en toda región.

2ª fase: resistencia nacional afgana y sovietización 1980-83.
Tras la invasión soviética de Afganistán la comunidad internacional y especialmente los Estados Unidos hizo una intervención para condenar estos actos ante las Naciones Unidas, pero la Unión Soviética ignoró la desaprobación internacional y se preocupó por consolidar su posición en el país.

3ª fase: campañas aéreas e intensificación de la guerra 1983-86.
Gracias al apoyo exterior, progresivamente mejor organizado, la resistencia afgana hizo importantes progresos militares tanto en el combate como en la organización. 

4ª fase: el lento camino hacia la retirada soviética 1986-89.
Esta última fase se inició con los mismos patrones militares e intensidad de combate con los que había acabado la anterior. Los mujahidines, no obstante, habían ido mejorando su eficacia gracias a una nueva generación de armamento que empezaron a recibir desde los Estados Unidos.

Osama Bin Laden, estableció sólidos contactos con los servicios de inteligencia paquistaníes y con radicales islámicos de todo el mundo, llegando a formar parte de la cúpula que dirigía aquella gran organización de reclutamiento. 

En 1989, una vez retirada la fuerza soviética de Afganistán, Bin Laden creó Al Qaeda, que significa «la Base», como medio para mantener el contacto y coordinar acciones entre los radicales islámicos que habían luchado juntos y retornaban a sus países de origen.
Bin Laden propuso el odio a los Estados Unidos como nuevo aglutinador de la comunidad islámica radical, ya que era el máximo representante de la hegemonía occidental y por tanto un obstáculo para crear una umma o comunidad de creyentes.

Encuentra su primer momento en las escuelas coránicas donde recibían adoctrinamiento, educación, alimento e instrucción militar.
Esta interpretación del Islam había surgido en la India británica del siglo XIX con la pretensión de restaurar los valores islámicos mediante la implantación de la sharia.

El ideario era muy sencillo y consistía en restaurar la paz y acabar con los señores de la guerra reforzando el papel de la ley coránica y el carácter de estado islámico de Afganistán.
La campaña militar que se inició en Afganistán, a los pocos meses de los trágicos sucesos del 11 de septiembre, se enmarcaron dentro de una más amplia guerra al terrorismo que requería una respuesta enérgica, un enfoque multidisciplinar y cohesión de la Comunidad Internacional. 

Hay que añadir que las decisiones estratégicas, que llevaron tanto a la primera guerra de Afganistán y luego a la de Irak, estuvieron condicionadas por una interpretación dogmática que simplificaba torpemente una realidad muy compleja.

Los EEUU, al presentarse como libertadores y al ofrecer a los pueblos de ambos países los beneficios de la libertad y la democracia, consideraban que ello les daba una garantía de victoria y que en poco tiempo el pueblo apoyaría la nueva causa.

Conocer y comprender los conflictos que han afligido a este país nos permite tener una visión más completa de la complejidad del mundo en que vivimos.

La falta de paz, desarrollo y estabilidad en Afganistán han demostrado tener consecuencias graves para el resto del mundo.
La invasión soviética hizo, de un país relativamente estable y alejado a la atención internacional, un lugar de confrontación entre las dos grandes potencias.

Como consecuencia de aquella guerra, se sembró la semilla de una nueva forma de terrorismo, la mayor amenaza a la que se enfrenta el mundo en la actualidad  Al-Qaeda, bajo la protección del régimen talibán.
La permanente discriminación femenina sigue siendo un tema pendiente de resolver.  
La droga se está convirtiendo en la principal economía del país ya que exporta el 90% de la heroína que se consume en el mundo.

Afganistán vive una situación extremadamente compleja, por lo cual se hace necesario un cambio urgente de estrategia.

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